martes, 16 de septiembre de 2014

"Continuidad de los parques "... Para acompañar un café.

Continuidad de los parques
Julio Cortázar.

Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios
urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar
lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir
una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías, volvió
al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles.
Arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como
una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra
vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin
esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó
casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo
que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo
del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los
ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido por
la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y
adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte.
Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el
chicotazo de una rama. Admirablemente restañaba ella la sangre con sus besos, pero él
rechazaba las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta,
protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra
su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las
páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde
siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo
retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era
necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir
de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso
despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a
anochecer.
Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la
puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda
opuesta él se volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez,
parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del
crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron.
El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y
entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer:
primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos
puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y
entonces el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de
terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.

8 comentarios:

  1. Hola!
    En serio debo leer algo de Julio Cortázar, y lo que publicaste lo único que hizo fue darme más ganas! jajajaja.
    Me quedaré por acá :B
    Nos leemos! - Miranda

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    1. Hola!
      Yo debo confesar que lei muy poco de él.... solo algunos cuentos.
      Tiene una forma de escribir muy particular y la mayoria de las veces no logro comprenderlo =(
      Tengo pendiente "Rayuela" hace varios años y no hago mas que empezarlo y abandonarlo todo el tiempo... =/

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  2. Comienzo Rayuela y lo dejo, y así varias veces. Cortázar me intimida, su prosa es magnifica pero no sencilla. Quizás primero lea cuentos de él

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    1. Si, yo estoy igual que vos... por eso arranque con éstos... ;)
      Besos!

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  3. Me encanta este cuento!! Es uno de mis preferidos. Yo creo que los que no leyeron nada de Cortázar pueden empezar con este cuento, que es corto y seguro les va a gustar. Rayuela es para cuando uno ya leyó varios libros de Cortázar. Puede resultar intimidante par alguien que lo conoce poco a este autor. Besos!!!!!! .)

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    1. =) Yo leí algunos...(Casa tomada, Carta a una srta... y un par mas) y me quede como... o.O what??
      A veces me siento muy ignorante pero otras me digo... "anda a saber que momento de su vida estaba pasando cuando escribió esto..."
      Beso!

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  4. Cortazar es groso, como todos los modernos. Pero no se le entiende nada, como a todos los modernos.
    Yo tuve que adaptarlo y sinceramente... hice lo que se me cantó. A mi juicio quedo lindo, pero version bbien libre

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